sábado, 9 de agosto de 2008

LA VENGANZA NUNCA ES BUENA, MATA EL ALMA Y LA ENVENENA: THE VENGEANCE TRILOGY

Uno de los principios más populares de la física sostiene que toda acción genera una reacción de igual fuerza pero en sentido opuesto. En nuestra vida cotidiana, si alguien se acerca a nosotros y nos da con un palo en la cabeza, lo más probable es que le devolvamos el golpe con igual o más fuerza (porque también se suma la bronca de haber recibido un golpe que consideramos injusto). El cine marketinero ha repetido hasta el hartazgo la fórmula acción-reacción, sometiéndonos una y otra vez a la historia del hombre que, herido en su honra o motivado por la muerte de sus seres queridos, emprende una cruzada para reestablecer el orden justo de las cosas. Podríamos llamarlo cine-vendetta: acción y reacción en un vector continuo y sin fisuras. Todos somos un poco ese héroe calentón que recibe sin comerla ni beberla un palo en la cabeza. Y a falta de justicia en el mundo real, el cine nos ofrece esa solución mágica (siempre violenta) que devuelve el balance perdido.
Este no es el caso de Chan-wook Park, guionista y cineasta surcoreano que, con escasos 44 años de edad, se ha convertido en un referente indiscutido del cine made in Asia. Tampoco es casual: Corea del sur ha dado a luz una prole de interesantísimos realizadores, entre los que se cuentan Kim Ki Duk (“3-Iron”, “Time”, “Primavera, otoño, invierno, verano y primavera otra vez…”) y Bong Jon-ho (“The Host”, “Memories of Murder”), demostrando así que en el séptimo arte todavía quedaba mucho por decir.
Si bien debutó como director en 1992 con “The Moon Is... the Sun's Dream”, Park Chan- wook alcanzó el éxito comercial en 2000 con Joint Security Area, en la cual ya daba indicios de una solidez narrativa y un tratamiento estético poco comunes. Esto sería apenas precalentamiento de lo que vendría a continuación. La denominada trilogía de la venganza, un conjunto de filmes sin continuidad argumental pero de temática común, con protagonistas de la talla de Song Kang-ho, Choi Min Sik y la premiada Lee Young Ae, grandes figuras del cine coreano. Las tres películas llegaron a Argentina en formato DVD distribuidas por la división Asia Extreme de Tartan Films.
Lo novedoso de la propuesta es que Park Chan-wook elude sistemáticamente los clichés del cine-vendetta, traicionando la expectativa del espectador con deliciosa perversidad. El director desnuda cada nueva escena, no con la prisa de las vueltas de tuerca (esa que, sin más excusa que el hedonismo lúdico, nos cambia los finales en dos o tres segundos), sino con una parsimonia asfixiante que nunca promete lo mismo, y que tampoco entrega lo que prometió, sino algo todavía más oscuro.

“SE QUE ERES UNA BUENA PERSONA, PERO TENGO QUE MATARTE”
En 2002 se estrena Sympathy for Mr. Vengeance (venganza + crisis económica + crítica social). La película cuenta la historia de Ryo, un sordomudo de pelo azul (al estilo Rei Ayanami) y problemas de guita que, para bancar el transplante de riñón que su hermana necesita con urgencia, se contacta con un grupo de trafricantes de órganos. Estos, encima de currarle todos sus ahorros, le piden, para cerrar el trato, su propio riñón. Resulta que después de tener la guita y el riñón de Ryo, los traficantes se borran por completo y nunca cumplen con lo pactado. Sin plata, sin laburo y con un riñón menos, el muchacho sigue los consejos de su amigovia, una militante del partido comunista, y secuestra una niña, la hija de un hombre de negocios llamado Park Dong-jin, para pedir rescate y con ello juntar el dinero necesario para pagar el transplante. Claro que el plan de secuestro se va al carajo y una seguidilla de desafortunados acontecimientos culmina con la muerte accidental de la nena. De modo que será su padre, el businessman en cuestión, el que haga las de vengador, devenido en una suerte de detective a los tumbos y dispuesto a todo por encontrar a los secuestradores homicidas..
La película tiene un aire lúgubre y minimalista, bastante cutre. El lento pero inapelable desarrollo de cada personaje resulta tan bien hilvanado que, aún cuando cada escena es la única consecuencia lógica de su predecesora, nada nos hace imaginar las atrocidades que se suceden a medida que la película alcanza su clímax. Park Chan-wook construye en Sympathy for Mr. Vengeance una historia plagada de comentarios sociales (casi nunca explicitados) y de apabullante hiperrealismo.

OLD BOY: “SONRIE Y EL MUNDO SONREIRA CONTIGO, LLORA Y LLORARÁS SOLO”
Difícilmente haya una película tan lejos de la indiferencia del espectador como lo está esta joya multipremiada (ganadora del Grand Prix of the Jury en Cannes en 2004) del cine moderno. Old Boy (venganza = tabú + tragedia griega), estrenada en 2003 y basada en el manga homómino escrito por Garon Tsuchiya e ilustrado por Nobuaki Minegishi, es, en cada secuencia, mucho más de lo que se puede ver a simple vista. Un brillante y expresivo Choi Min-Sik interpreta a Oh Dae Su: padre y esposo irresponsable y bastante jodón al que un día raptan sin causa aparente. Así se pasa 15 años, sin saber por qué, confinado en una pequeña habitación, acumulando bronca, entrenando su cuerpo, dándole piñas a las paredes y adelgazando una parva de kilos para, una vez afuera, desquitarse con el forro que lo secuestró. Un buen día Oh Dae Su es liberado en la terraza de un edificio, sin explicación alguna. De ahí en más, con la ayuda de una joven llamada Mi-do, potencial affaire del héroe, deberá seguir una a una las pistas que su misterioso captor le va proporcionando a cuenta gotas para responder a la pregunta del millón: para qué carajo me tuvieron guardado durante 15 años???
El porpio Quentin Tarantino, después de la presentación de Old Boy en Cannes, intentó convencer a los demás miembros del jurado (del cual él mismo formaba parte) de que el film merecía nada menos que la Palma de Oro (que fue finalmente entregada a la muy conveniente Farenheit 9/11). Con el tiempo, Old Boy se convirtió en un éxito de culto y no cesan de circular los rumores de que se viene una remake yanqui (ja, cómo si le hiciera falta..) con Nicholas Cage en el rol protagónico.

UNA DAMA MUY ENOJADA
Para cerrar su trilogía, Park Chan-wook no cayó en la trampa del éxito y no repitió todo lo que hacía de Old Boy una obra única. Sympathy for Lady Vengeance (venganza = belleza), estrenada en 2005, es una bestia con nombre propio. Digo “bestia” porque luego de verla uno se siente arrasado por esa orgía audiovisual de violencia y belleza en la que lo más escabroso, como en el cine de Hitchcock, es siempre lo que el espectador no puede ver.
Lee Geum-ja es puesta en libertad luego de cumplir una condena por el homicidio de un niño. Durante su estadía en la prisión, parecía ser una compañera ejemplar, optimista y llena de vida (al punto que la llamaban “la de buen corazón”). Pero, una vez liberada, todo vestigio de aparente virtud desaparece cuando Lee Geum-ja pone en marcha un plan de venganza del que poco sabremos hasta que todo sea debidamente revelado.
Sympathy for Lady Vengeance es la deconstrucción de una heroína (si es que le cabe tal palabra), de sus motivos, de las consecuencias de sus acciones (algunas verdaderamente terribles) y, sobre todo, de su camino de expiación, expiación que bien puede ser meramente ilusoria. La venganza, tanto en esta película como en las anteriores, acaba siendo no un acto de reivindicación moral frente a lo injusto, sino un sinuoso camino a las profundidades del infierno psicológico, algo que no cierra lo que la injusticia dejaba abierto, sino que prolifera, a fuerza de pasión, contra toda razón y todo signo de cordura y esperanza civilizadora. Quizá sea conveniente, después de ver estas películas, preguntarle “por qué” al pelotudo que nos pegue con un palo en la cabeza... puede que duela, pero vaya y si hay cosas peores que recibir un golpe de prepo.

1 comentario:

Mai dijo...

Muy buena la nota, yo edite un poquiiito n.n
:*

-->ENCONTRASTE UN "MUCHOOO!!!!"<--
Encontra la frase y gana un premio. Te damos una pista en la imagen:
http://maiita.deviantart.com/art/Pyon-Pyona-90454507